¡La llamada viene de Dios! La respuesta es nuestra...
ser una hermana azul hoy
Una aventura para Ti...
vocación, llamado de dios
La vocación es un don recibido de Dios, que Él ofrece de manera particular a cada ser humano.
Este llamado excede nuestra capacidad para realizarlo, pero Dios nos da gratuitamente las gracias para concretarlo en nuestra vida.
Por la fe, la persona siente la invitación de Dios con toques y señales. No se presenta como un proyecto personal, con una lista de tareas a realizar, sino como una convicción interior basada en una relación única, personal e insustituible con el Señor.
vida consagrada misionera
Dios, realizando su proyecto de amor creador, nos llama a la Vida. Y para que la vida de cada ser creado pueda desarrollarse, Él la rodea de cuidados, protección y condiciones que favorecen este desenvolvimiento y este crecimiento.
Como en un toque de amor, como sucedió con Elías, el profeta del Antiguo Testamento, la persona sensible a Dios lo encuentra de manera sorprendente, en la suave brisa que llega a su corazón. Este encuentro es tan transformador que a partir de ese momento ella nunca volverá a ser la misma, ya que probará algo que nunca antes había experimentado en su vida. Esta experiencia resuena como un llamado a acercarse a ese SER que la encanta internamente, Dios mismo. Una llamada que normalmente va acompañada de un doble modo de vivir: consagración y misión.
¿Qué significa ser una HERMANA azul en nuestro tiempo?
Es ser una persona alegre, dinámica, feliz... Que aprecia la vida, la amistad, que quiere darse a sí mismo, que entiende que el conocimiento puede ayudar al mundo a ser mejor, que le gusta estar con la gente...
En definitiva, que ama su vocación de ser llamado y enviado por Dios para configurar su vida con Jesús Salvador y María Inmaculada.
¿Qué da sentido a la vida y misión de las HERMANAS Azules?
La oración- una experiencia de Dios, un encuentro transformador y un lugar para alimentar el deseo de misión.
Vida comunitaria- un lugar para vivir la amistad, la alegría y el compartir la vocación y la misión; crear lazos de hermandad.
Misión al servicio de la vida- como respuesta a la llamada de Dios. “No importa si estoy aquí o allá, mientras se cumpla la voluntad de Dios”.
Hoy como ayer...
Dios sigue hablando.
Sigue ofreciendo...
Invita las hermanas, los laicos, fuertemente vinculados
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llamadas a ser corresponsables del carisma
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trabajen juntos en entrenamiento y misiones.
Jóvenes y adultos se sienten desafiados
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por la espiritualidad de la “familia azul”
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y asumir los más diversos compromisos.
Los jóvenes descubren el sentido de su vida en la vocación religiosa…
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vienen a vivir el Sueño Azul, compartiendo la vida de nuestras comunidades
Damos gracias por la vida, la celebramos y la compartimos.
Les Sœurs iront là où la voix du pauvre les appelle.
L'appel de Dieu se fait présent aujourd'hui encore.
L'éducation prise dans tous les sens ordonne nos choix missionnaires.
Les Sœurs iront là où la voix du pauvre les appelle.
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La vie religieuse, chemin de vie
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Suivre le Christ dans la vie religieuse aujourd'hui
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Rencontre de jeunes sur le thème de la vocation
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Les étapes de la formation à la vie religieuse
Carisma azul: una forma de ser feliz(pt)
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Profesión perpetua de las hermanas: Mexico - Rome - Dakar - RDC
Encuentros
Santa Emilie de Villeneuve se presenta...
Nací en Toulouse, en el sur de Francia en 1811.
Desde muy joven, lo que han estado pasando los más pobres me parte el corazón.
El entorno privilegiado en el que crecí no me impidió ver esta realidad hecha de mucha injusticia y sufrimiento...
Dios me habló a través de múltiples voces… me surgieron muchas preguntas: ¿qué quiere Dios de mí?
Tiempo de discernimiento y oración para conocer el camino.
Respondí a esa voz...
... a estas voces, a una llamada clara y profunda...
Le comuniqué a mi padre mi decisión:
- "Padre, es por Dios que te dejo: "Quiero servir a los pobres..."
El 8 de diciembre de 1836, en la iglesia de La Platé, en Castres, realicé mi sueño y comencé, con dos compañeros, el viaje de la Hermana Azul.
Queremos vivir una fraternidad profunda y sencilla, comprometida con Jesús Salvador en el plan de amor de Dios para las personas.
Sólo Dios será el centro de nuestra vida, no "sólo yo".
María Inmaculada nos enseñará a ver la realidad, el mundo, los demás, con ojos sin tacha, como los ve Dios.