Entre aquellos con los que hemos mantenido vínculos está Hassan que tuvo un buen trabajo en Irak y que acaba de completar su formación como reparador de electrodomésticos, Firas que ha reanudado los estudios de derecho para validar su diploma en el abogado sirio, Costantin, profesor en su país, Georgia, y quien destripa pollos todo el día para ganarse la vida para su familia… Sekou que vivió la prisión en Guinea y cuyo hermano murió allí. Gracias a Michelle, pudo unirse a una comunidad de Emaús en Béthune donde redescubrió la alegría de vivir ...

​

Salah tan dulce… escribió novelas de detectives y ganó un premio de literatura en Sudán. Acaba de completar su formación como albañil. Mientras estuvo con nosotros lloraba  por la noche y se disculpaba por la mañana ...

Allasane nos dijo que su exuberancia era su forma de ocultar el sufrimiento que lo habitaba: el de la muerte de su familia durante la guerra, cuando era un niño y las torturas sufridas en las cárceles libias ...

Su resistencia seguramente está respaldada por la profunda fe que muchos demuestran.

Todos tienen un rostro, una historia para nosotras… Sus fotos están en el pasillo de su departamento y nos recuerdan su estadía con nosotras a lo largo de los años. Las cenas que compartimos con todos, los intercambios informales…. han forjado lazos reales. Detrás de cada rostro, cada uno de nosotras puede poner un recuerdo, una anécdota.

​

Somos conscientes de que somos un paso feliz en su caótico viaje. Nuestra comunidad se construyó, en parte, en torno a esta bienvenida. Agradecemos la oportunidad de haber podido codearnos, durante un cierto período de tiempo y en una proximidad real, con tantas personas que siguen siendo únicas y cuyo recuerdo vive en nuestros corazones y en nuestras oraciones.

Hermana Marie Dominique Cassin

Cté de Limoges